A veces siento que estoy en la vida como podría estar una marioneta. Pasivo, perezoso, incapaz de decidir nada, esperando a que lo hagan los demás. Esperando que no ocurra nada y deseando que ocurra todo. Como tumbado sobre un trozo de madera que transporta el rio, sin tratar de remar a la dirección que quiero y encima quejándome de lo fría que está el agua.
En ocasiones me activo, grito, salto, corro, lloro y soy enérgico, es tras eso cuando creo que me merezco un descanso para así volver al río.
Yo adoro la vida y cuando la miro ella se enfada conmigo. Me mira mal, se acerca. Yo camino hacia atrás. Corro. Corre. Me acecha, se acerca. Me come. La vida me come. Me engulle. Ni río ni lloro. Protesto.
A la vida, es como a las mujeres,no hay que intentar en tenderlas, si no quererlas.
Y como dijo Platón;Los espíritus vulgares carecen de destino....posiblemente dijo esto en brazos del dios Vaco.
Un saludo.